Los 'zoótropos': de la tracción a sangre a la polución estética urbana
noticias IRUYA diario de SALTA
Recibe el fantasioso nombre de 'zoótropo', un invento argentino consistente en un vehículo ligero, de reducidas dimensiones, pensado para la recolección de cierto tipo de basura urbana y, más específicamente, para reemplazar a los carros tirados por caballos.
'La rueda de la vida', según su etimología griega, no es sino un nombre de fantasía aplicado a estos artilugios, ya que un zoótropo en toda regla, el de toda la vida, es aquel aparato -generalmente en forma de cilindro, con pequeñas ventanitas verticales a sus lados- que produce una ilusión de movimiento a partir de una rápida sucesión de imágenes estáticas.
Según Nuevo Diario de Salta, un grupo de organizaciones protectoras de animales intenta convencer a los concejales de la ciudad de Salta de "la necesidad de evitar la circulación y utilización de animales en el tiro de carros de tracción a sangre" en todo el término municipal de la capital salteña y de reemplazarlos "por un vehículo de carga, tipo triciclo", es decir, por los llamados 'zoótropos' (palabra que por cierto lleva acentuación gráfica por ser esdrújula).
La noble iniciativa de los defensores de los derechos de los animales (de los irracionales, porque de los otros se ocupan más bien poco) choca con un pequeño inconveniente: la imbatible fealdad de los zoótropos.
De prosperar esta iniciativa, nuestras calles seguramente dejarán de parecer medievales con los carros tirados por caballos, pero se internarán en el peligroso terreno deladefesio futurista urbano. Es imposible saber si el desembarco sideral de estos auténticos 'robots de la miseria' traerá realmente beneficios medioambientales o si, por el contrario, hará de nuestra ciudad un espacio aun más feo y peligroso.
Al menos los caballos, cuando son lanzados al brutal tráfico rodado de las calles de Salta, se comportan con mayor racionalidad que muchos automovilistas, motoristas y ciclistas. Sólo imaginar a un enjambre de cartoneros enloquecidos al comando de incontrolables zoótropos en plena avenida San Martín en hora punta, destrozaría los nervios a cualquiera.
Antes de lanzar los zoótropos en Salta para estropear la belleza de la ciudad, sería conveniente averiguar si estos vehículos disponen de algún tipo de homologación industrial y si cumplen con los mínimos requisitos de peso, velocidad y seguridad para circular por determinadas vías.
Antes de 'abrir líneas de crédito' para que nuestros cartoneros a caballo compren estos vehículos, habría que cerciorarse si quienes hasta hoy sujetan las riendas de sus carros están de algún modo preparados para ponerse detrás de un volante.
No vaya a ser cosa que suceda como con aquel viejo cochero salteño que llevaba un pasajero delicado y apurado que le dijo: "¡Auriga! Fustigue su brioso corcel".
Es por todos sabido que el cochero respondió a esos buenos modales con un brutal latigazo en las ancas del animal al grito de: "¡Vamos yegua puta!"
'La rueda de la vida', según su etimología griega, no es sino un nombre de fantasía aplicado a estos artilugios, ya que un zoótropo en toda regla, el de toda la vida, es aquel aparato -generalmente en forma de cilindro, con pequeñas ventanitas verticales a sus lados- que produce una ilusión de movimiento a partir de una rápida sucesión de imágenes estáticas.
Según Nuevo Diario de Salta, un grupo de organizaciones protectoras de animales intenta convencer a los concejales de la ciudad de Salta de "la necesidad de evitar la circulación y utilización de animales en el tiro de carros de tracción a sangre" en todo el término municipal de la capital salteña y de reemplazarlos "por un vehículo de carga, tipo triciclo", es decir, por los llamados 'zoótropos' (palabra que por cierto lleva acentuación gráfica por ser esdrújula).
La noble iniciativa de los defensores de los derechos de los animales (de los irracionales, porque de los otros se ocupan más bien poco) choca con un pequeño inconveniente: la imbatible fealdad de los zoótropos.
De prosperar esta iniciativa, nuestras calles seguramente dejarán de parecer medievales con los carros tirados por caballos, pero se internarán en el peligroso terreno deladefesio futurista urbano. Es imposible saber si el desembarco sideral de estos auténticos 'robots de la miseria' traerá realmente beneficios medioambientales o si, por el contrario, hará de nuestra ciudad un espacio aun más feo y peligroso.
Al menos los caballos, cuando son lanzados al brutal tráfico rodado de las calles de Salta, se comportan con mayor racionalidad que muchos automovilistas, motoristas y ciclistas. Sólo imaginar a un enjambre de cartoneros enloquecidos al comando de incontrolables zoótropos en plena avenida San Martín en hora punta, destrozaría los nervios a cualquiera.
Antes de lanzar los zoótropos en Salta para estropear la belleza de la ciudad, sería conveniente averiguar si estos vehículos disponen de algún tipo de homologación industrial y si cumplen con los mínimos requisitos de peso, velocidad y seguridad para circular por determinadas vías.
Antes de 'abrir líneas de crédito' para que nuestros cartoneros a caballo compren estos vehículos, habría que cerciorarse si quienes hasta hoy sujetan las riendas de sus carros están de algún modo preparados para ponerse detrás de un volante.
No vaya a ser cosa que suceda como con aquel viejo cochero salteño que llevaba un pasajero delicado y apurado que le dijo: "¡Auriga! Fustigue su brioso corcel".
Es por todos sabido que el cochero respondió a esos buenos modales con un brutal latigazo en las ancas del animal al grito de: "¡Vamos yegua puta!"
1 comentario:
A mi no me interesa en absoluto la belleza de las calles de Salta, a los caballos que sufren el maltrato diario, hambre, sed, ulceras, cargas pesadas sobre su lomo, gritos, etc, etc, etc...TAMPOCO les interesa la belleza de las calles.
Y si todos para manejar aprendimos, sacamos un carnet de conducir...los carreros también van a poder aprender.
Hay que apoyar este proyecto, no traer mas contras argumentando belleza de la ciudad!! por favor!!!!
Publicar un comentario