CHRISTIANE GOHL UNA DE LAS AUTORAS MÁS LEÍDAS HA ELEGIDO TURRE COMO LUGAR PARA RESIDIR.Historias escritas a lomo de un caballo en el País de la Nube Blanca
La autora reside en El Molino de la Higuera, de donde obtiene buena parte de su inspiración literaria
RICARDO ALBA / TURRE | ACTUALIZADO 18.06.2011 - 01:00Pasado el puente del río Aguas, a escasos kilómetros de Turre, se percibe el Molino de la Higuera. Su actual propietaria lo restauró; lo hizo habitable para ella, además de darle, espacio a sus caballos, sus queridos caballos. Podría afirmarse que son su razón de ser, los que consumen gran parte de su tiempo y, sobre todo, a los que dedica suma ternura, sentimiento. No podría vivir sin caballos. Lo sabe, lo dice, los protagonistas de los libros que escribe son caballos. Varios de sus libros han sido traducidos al ruso, finlandés, polaco, rumano, húngaro, coreano y, también, al chino. Pero no al español, cosas de editoriales. Incluso, ha escrito un libro multimedia con el que los niños pueden jugar o hacer trabajos, que a muchos jinetes españoles les ha parecido fantástico para sus hijos, pero no se vende en España.
Christiane Gohl, alemana de nacimiento, turrera de residencia, es periodista, escritora y enamorada de los caballos. "Empecé a escribir sobre caballos porque la editorial quería renovar su sección de temas equinos y yo escribía textos satíricos sobre los caballos y sus dueños, me gusta tratar el tema de un modo cómico. En la editorial leyeron mis pequeños textos, les gustaron, me llamaron y me preguntaron si quería hacer un libro sobre caballos destinado a los niños. Una información de cómo montar. Ese libro se vendió muy bien y ha abierto un género nuevo, al punto de que ha estado en la lista de los libros premiados para los jóvenes en Alemania, una notable excepción porque normalmente los premios se han dado a libros que hablaban de problemas sobre los jóvenes". Detrás de su finca, Molino de la Higuera, el cortado del río Aguas sirve de límite al paseo de algunos de sus caballos.
Christiane Gohl habrá escrito aproximadamente ciento cincuenta libros especializados en el sector equino. Sin embargo, bajo el seudónimo de Sarah Lark, ha publicado "tres novelas y con una de ellas he tenido un bet-seller". ¡Y tanto! Tres millones de libros vendidos de la Trilogía de los Maoríes ambientada en Nueva Zelanda. Ninguna de sus obras trata el susurro a los caballos porque Christiane no cree "en los hombres que susurran a los caballos. Como periodista he escrito mucho sobre caballos y he hecho muchas investigaciones acerca de este asunto; casi siempre son hombres, apenas hay mujeres cuando realmente la mayoría de las personas que trabajan con caballos son mujeres; sin embargo, las personas que hacen 'magia' con los caballos siempre son hombres. Es todo mentira, pero ganan un montón de dinero con este método. La Reina de Inglaterra es aficionada, es una aficionada a la que han sacado mucho dinero. Lo que se ve en la película 'El hombre que susurraba a los caballos' no es así; los caballos que, como las personas, también se traumatizan, necesitan una terapia y susurrarles no funciona. Yo he comprado caballos maltratados porque me daban pena, completamente traumatizados y los he sacado adelante, pero con mucho trabajo. A veces he necesitado hasta cuatro años". Ríe al decir que los caballos la quieren porque les da de comer, les hace trabajar, no deja que se aburran. Puede ser, como lo es que les transmite seguridad cada día al acercarse a ellos, verlos, acariciarlos.
La relación de Christiane Gohl con los caballos se remonta a hace treinta años. Desde siempre ha querido a los caballos, "son graciosos, inteligentes y también me gusta montar. Hay gente que le gustan los caballos pero tienen miedo a cabalgar, a montarlos. No lo sé exactamente, pero a veces tienen miedo a los caballos simplemente porque son grandes". Se fía de los caballos casi más que de las personas, "normalmente los caballos no cambian, pero las personas sí, así que casi es más fácil confiar en los caballos que en las personas. Si son bien tratados constantemente se portan muy bien aunque les tengas que demostrar que el jefe eres tú". El maltrato a las personas, a los animales, es algo que desespera a Christiane: "hay mucha gente que maltrata a sus caballos. En Alemania muchos y aquí en España también. Aquí hay mucha tradición de doma vaquera que es muy dolorosa para los caballos, si los bocados no están en manos de un jinete bueno. A los caballos no les gusta estar en la cuadra reducida, les gusta el campo abierto. El caballo quiere vivir con otros de su especie".
En las mañanas, desde primerísima hora, Christiane trabaja con los caballos, después hace una siesta y a las tres de la tarde se sienta ante el ordenador, es entonces el momento de la escritora Christiane Gohl o Sarah Lark, según: "cada día escribo diez páginas, así que un libro de 800 páginas, lo hago en 80 días. El argumento de libro siempre se me ocurre cuando paseo con los caballos. Necesito caballos muy tranquilos porque a veces mis pensamientos se van a las historias". Historias de y con caballos; historias que se acercan a la realidad, "ahora me llegará un caballo de Málaga que es víctima de un divorcio, ninguno de los dos se lo quiere quedar". De este modo puede empezar una historia escrita por Christiane Gohl que, ojalá, podamos leer en idioma español cuando las cosas de las editoriales lo consientan.
Historias escritas a lomo de un caballo en el País de la Nube Blanca
La autora reside en El Molino de la Higuera, de donde obtiene buena parte de su inspiración literaria
RICARDO ALBA / TURRE | ACTUALIZADO 18.06.2011 - 01:00Pasado el puente del río Aguas, a escasos kilómetros de Turre, se percibe el Molino de la Higuera. Su actual propietaria lo restauró; lo hizo habitable para ella, además de darle, espacio a sus caballos, sus queridos caballos. Podría afirmarse que son su razón de ser, los que consumen gran parte de su tiempo y, sobre todo, a los que dedica suma ternura, sentimiento. No podría vivir sin caballos. Lo sabe, lo dice, los protagonistas de los libros que escribe son caballos. Varios de sus libros han sido traducidos al ruso, finlandés, polaco, rumano, húngaro, coreano y, también, al chino. Pero no al español, cosas de editoriales. Incluso, ha escrito un libro multimedia con el que los niños pueden jugar o hacer trabajos, que a muchos jinetes españoles les ha parecido fantástico para sus hijos, pero no se vende en España.
Christiane Gohl, alemana de nacimiento, turrera de residencia, es periodista, escritora y enamorada de los caballos. "Empecé a escribir sobre caballos porque la editorial quería renovar su sección de temas equinos y yo escribía textos satíricos sobre los caballos y sus dueños, me gusta tratar el tema de un modo cómico. En la editorial leyeron mis pequeños textos, les gustaron, me llamaron y me preguntaron si quería hacer un libro sobre caballos destinado a los niños. Una información de cómo montar. Ese libro se vendió muy bien y ha abierto un género nuevo, al punto de que ha estado en la lista de los libros premiados para los jóvenes en Alemania, una notable excepción porque normalmente los premios se han dado a libros que hablaban de problemas sobre los jóvenes". Detrás de su finca, Molino de la Higuera, el cortado del río Aguas sirve de límite al paseo de algunos de sus caballos.
Christiane Gohl habrá escrito aproximadamente ciento cincuenta libros especializados en el sector equino. Sin embargo, bajo el seudónimo de Sarah Lark, ha publicado "tres novelas y con una de ellas he tenido un bet-seller". ¡Y tanto! Tres millones de libros vendidos de la Trilogía de los Maoríes ambientada en Nueva Zelanda. Ninguna de sus obras trata el susurro a los caballos porque Christiane no cree "en los hombres que susurran a los caballos. Como periodista he escrito mucho sobre caballos y he hecho muchas investigaciones acerca de este asunto; casi siempre son hombres, apenas hay mujeres cuando realmente la mayoría de las personas que trabajan con caballos son mujeres; sin embargo, las personas que hacen 'magia' con los caballos siempre son hombres. Es todo mentira, pero ganan un montón de dinero con este método. La Reina de Inglaterra es aficionada, es una aficionada a la que han sacado mucho dinero. Lo que se ve en la película 'El hombre que susurraba a los caballos' no es así; los caballos que, como las personas, también se traumatizan, necesitan una terapia y susurrarles no funciona. Yo he comprado caballos maltratados porque me daban pena, completamente traumatizados y los he sacado adelante, pero con mucho trabajo. A veces he necesitado hasta cuatro años". Ríe al decir que los caballos la quieren porque les da de comer, les hace trabajar, no deja que se aburran. Puede ser, como lo es que les transmite seguridad cada día al acercarse a ellos, verlos, acariciarlos.
La relación de Christiane Gohl con los caballos se remonta a hace treinta años. Desde siempre ha querido a los caballos, "son graciosos, inteligentes y también me gusta montar. Hay gente que le gustan los caballos pero tienen miedo a cabalgar, a montarlos. No lo sé exactamente, pero a veces tienen miedo a los caballos simplemente porque son grandes". Se fía de los caballos casi más que de las personas, "normalmente los caballos no cambian, pero las personas sí, así que casi es más fácil confiar en los caballos que en las personas. Si son bien tratados constantemente se portan muy bien aunque les tengas que demostrar que el jefe eres tú". El maltrato a las personas, a los animales, es algo que desespera a Christiane: "hay mucha gente que maltrata a sus caballos. En Alemania muchos y aquí en España también. Aquí hay mucha tradición de doma vaquera que es muy dolorosa para los caballos, si los bocados no están en manos de un jinete bueno. A los caballos no les gusta estar en la cuadra reducida, les gusta el campo abierto. El caballo quiere vivir con otros de su especie".
En las mañanas, desde primerísima hora, Christiane trabaja con los caballos, después hace una siesta y a las tres de la tarde se sienta ante el ordenador, es entonces el momento de la escritora Christiane Gohl o Sarah Lark, según: "cada día escribo diez páginas, así que un libro de 800 páginas, lo hago en 80 días. El argumento de libro siempre se me ocurre cuando paseo con los caballos. Necesito caballos muy tranquilos porque a veces mis pensamientos se van a las historias". Historias de y con caballos; historias que se acercan a la realidad, "ahora me llegará un caballo de Málaga que es víctima de un divorcio, ninguno de los dos se lo quiere quedar". De este modo puede empezar una historia escrita por Christiane Gohl que, ojalá, podamos leer en idioma español cuando las cosas de las editoriales lo consientan.
Christiane Gohl, alemana de nacimiento, turrera de residencia, es periodista, escritora y enamorada de los caballos. "Empecé a escribir sobre caballos porque la editorial quería renovar su sección de temas equinos y yo escribía textos satíricos sobre los caballos y sus dueños, me gusta tratar el tema de un modo cómico. En la editorial leyeron mis pequeños textos, les gustaron, me llamaron y me preguntaron si quería hacer un libro sobre caballos destinado a los niños. Una información de cómo montar. Ese libro se vendió muy bien y ha abierto un género nuevo, al punto de que ha estado en la lista de los libros premiados para los jóvenes en Alemania, una notable excepción porque normalmente los premios se han dado a libros que hablaban de problemas sobre los jóvenes". Detrás de su finca, Molino de la Higuera, el cortado del río Aguas sirve de límite al paseo de algunos de sus caballos.
Christiane Gohl habrá escrito aproximadamente ciento cincuenta libros especializados en el sector equino. Sin embargo, bajo el seudónimo de Sarah Lark, ha publicado "tres novelas y con una de ellas he tenido un bet-seller". ¡Y tanto! Tres millones de libros vendidos de la Trilogía de los Maoríes ambientada en Nueva Zelanda. Ninguna de sus obras trata el susurro a los caballos porque Christiane no cree "en los hombres que susurran a los caballos. Como periodista he escrito mucho sobre caballos y he hecho muchas investigaciones acerca de este asunto; casi siempre son hombres, apenas hay mujeres cuando realmente la mayoría de las personas que trabajan con caballos son mujeres; sin embargo, las personas que hacen 'magia' con los caballos siempre son hombres. Es todo mentira, pero ganan un montón de dinero con este método. La Reina de Inglaterra es aficionada, es una aficionada a la que han sacado mucho dinero. Lo que se ve en la película 'El hombre que susurraba a los caballos' no es así; los caballos que, como las personas, también se traumatizan, necesitan una terapia y susurrarles no funciona. Yo he comprado caballos maltratados porque me daban pena, completamente traumatizados y los he sacado adelante, pero con mucho trabajo. A veces he necesitado hasta cuatro años". Ríe al decir que los caballos la quieren porque les da de comer, les hace trabajar, no deja que se aburran. Puede ser, como lo es que les transmite seguridad cada día al acercarse a ellos, verlos, acariciarlos.
La relación de Christiane Gohl con los caballos se remonta a hace treinta años. Desde siempre ha querido a los caballos, "son graciosos, inteligentes y también me gusta montar. Hay gente que le gustan los caballos pero tienen miedo a cabalgar, a montarlos. No lo sé exactamente, pero a veces tienen miedo a los caballos simplemente porque son grandes". Se fía de los caballos casi más que de las personas, "normalmente los caballos no cambian, pero las personas sí, así que casi es más fácil confiar en los caballos que en las personas. Si son bien tratados constantemente se portan muy bien aunque les tengas que demostrar que el jefe eres tú". El maltrato a las personas, a los animales, es algo que desespera a Christiane: "hay mucha gente que maltrata a sus caballos. En Alemania muchos y aquí en España también. Aquí hay mucha tradición de doma vaquera que es muy dolorosa para los caballos, si los bocados no están en manos de un jinete bueno. A los caballos no les gusta estar en la cuadra reducida, les gusta el campo abierto. El caballo quiere vivir con otros de su especie".
En las mañanas, desde primerísima hora, Christiane trabaja con los caballos, después hace una siesta y a las tres de la tarde se sienta ante el ordenador, es entonces el momento de la escritora Christiane Gohl o Sarah Lark, según: "cada día escribo diez páginas, así que un libro de 800 páginas, lo hago en 80 días. El argumento de libro siempre se me ocurre cuando paseo con los caballos. Necesito caballos muy tranquilos porque a veces mis pensamientos se van a las historias". Historias de y con caballos; historias que se acercan a la realidad, "ahora me llegará un caballo de Málaga que es víctima de un divorcio, ninguno de los dos se lo quiere quedar". De este modo puede empezar una historia escrita por Christiane Gohl que, ojalá, podamos leer en idioma español cuando las cosas de las editoriales lo consientan.
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