Cuatrerismo: denuncian el robo de más de 25 caballos en una semanaCuatrerismo: denuncian el robo de más de 25 caballos en una semana
Diez animales aparecieron descuartizados en el camino viejo a Miramar. Los robos ocurrieron en Parque Hermoso, Acantilados y Serena. La carne de los caballos es vendida en el mercado ilegal. Anoche descubrieron un domicilio donde se faenaban animales y se investiga si tiene relación con los hechos denunciados.
Por las noches aparecen en la ruta, en medio del campo. Armados con tenazas, los menores de edad ingresan en los potreros cortando alambrados. Eligen un caballo, lo montan y se escapan. Horas más tarde, el animal es vendido en el mercado ilegal.
Según los vecinos, los casos de cuatrerismo son una constante en la provincia de Buenos Aires y las denuncias aumentan a medida que suben los precios de la carne equina en el mercado de exportación.
Mar del Plata no escapa a esta situación: en la última semana fueron robados más de 25 caballos en la zona sur (Parque Hermoso, Acantilados y Serena) y diez de ellos aparecieron descuartizados cerca del basural, en el camino viejo a Miramar, a unas cinco cuadras de la escuela Nº 44.
“Por cada animal faenado quedan 300 kilos de carne, que luego es vendida a las carnicerías. Esto es muy peligroso para los consumidores, porque la mercadería no tiene ningún tipo de control de Bromatología ni del Senasa”, advierte Arturo Otero, uno de los vecinos que se mostró preocupado por el aumento de los robos rurales.
Los damnificados aseguran que se sienten desprotegidos.
Y cuentan que los cuatreros, por lo general, son menores llevados por un acopiador.
Se les pagaría unos $ 100 por animal robado y, luego, el acopiador puede venderlo a un promedio de $ 1.500 en el mercado ilegal.
Otro aspecto que facilita el robo de equinos, dicen, es la poca trazabilidad (seguimiento que se le hace al animal desde que nace hasta que es faenado) que tiene este ganado en comparación con el bovino, por ejemplo.
Los asaltos se cometen semanalmente y los cuatreros conforman organizaciones que actúan con sincronización horaria, comunicados mediante radios, y camiones último modelo para transportar hacienda.
El primer caso, que recién trascendió ayer, ocurrió el viernes pasado en una quinta ubicada en Tetamanti al 6800, en el barrio Parque Hermoso, donde fueron robados dos caballos, un pura sangre y un mestizo. La damnificada, Alejandra Palomo, realizó la denuncia policial pero no se quedó de brazos cruzados: inició una búsqueda para encontrar a los animales. Cuatro días después la mujer halló los restos descuartizados de ambos cerca de la zona del basural. Allí en las últimas horas también aparecieron faenados varios caballos más.
Palomo, que hasta el robo utilizaba los animales como hobby para hacer cabalgatas durante los fines de semana, se mostró consternada tras el violento hecho.
“Los restos de mis caballos aparecieron cortados en partes entre unas plantas de un monte. Para mí fue un momento muy desesperante, traumático y triste”, contó.
La damnificada dijo que por el momento no hay testigos del robo (“nadie vio nada”) y cuestionó a la policía. “Alguien atrás está apañando todo esto, se tapa los ojos y no quiere ver ni escuchar lo que sucede”, sostuvo. Además, señaló que detrás de esta metodología delictiva actúa una organización muy grande. “La causa ya llegó a tribunales.
No sólo robaron mis dos caballos, sino que el fin de semana pasado a tres amigos míos también les sustrajeron dos animales más a cada uno”, relató.
Palomo explicó que los delitos rurales suelen ser cometidos por menores. Y dio detalles de la metodología que utilizan: “Roban los caballos del campo y los llevan a un lugar donde los tienen como secuestrados.
Allí los acopian dos o tres días y luego alguien los carnea para vender la mercadería en las carnicerías de barrio. Sin saberlo, la gente consume la carne de caballo en chorizos o carne picada.
Es una realidad muy triste y angustiante” ■
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